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1/11/15
Obesidad, tabaquismo y fertilidad, tres caras de una misma moneda
Obesidad, tabaquismo y fertilidad, tres caras de una misma moneda
Cuando una pareja consulta por temas de infertilidad, lo primero que se indaga es la posible existencia de algún trastorno a nivel hormonal, anatómico o seminal. Cómo nuestros hábitos poco saludables condicionan nuestras chances de descendencia.
diariodemocracia.com
Es sabido que la obesidad y el tabaquismo tienen consecuencias negativas en la salud de las personas, pero no muchos conocen la estrecha vinculación que mantienen con la infertilidad, afectando tanto a mujeres como hombres.
“Habitualmente, cuando una pareja acude a una consulta médica por temas de infertilidad, lo primero que se indaga –y de hecho se supone la causa de dichas dificultades para concebir- es la posible existencia de algún trastorno a nivel hormonal, anatómico o seminal”, explicó el doctor Fernando Beltramone (MP 22.205 - ME 9.064), especialista en ginecología y obstetricia de Medicina Reproductiva (Samer), quien aclaró que “sin embargo, estos trastornos no son los únicos causantes de este problema, ya que existen otras causas de infertilidad que tienen una estrecha relación con nuestro modo de vida, o con hábitos que inciden en nuestra salud directamente”.
En este marco, en la actualidad existen dos situaciones claramente definidas que inciden de modo evidenciable y cuantificable en la fertilidad: la obesidad y el tabaquismo.
El especialista del Servicio de Tocoginecología de Clínica Privada Gallia analizó por separado ambos factores para conocer qué hábitos de la vida cotidiana deberían modificar quienes deseen concebir un hijo.
La obesidad
“La obesidad es un creciente problema poblacional a nivel mundial, y nuestro país no está exento de esta realidad. De hecho, un estudio epidemiológico argentino de 2004 detectó que un 27% de la población del país padece obesidad, y 60% sobrepeso”, detalló Beltramone y destacó que “como enfermedad sistémica, la obesidad afecta todas las funciones del organismo”. Por ejemplo, causa mayores riesgos de enfermedad cardiovascular, diabetes, apnea del sueño y osteoartritis entre otras. Y lo mismo ocurre con el sistema reproductivo.
“En 2007 un estudio del doctor Ramlau Hansen, de UCLA, demostró que la obesidad tiene un efecto dosis-dependiente y sinérgico: disminuye objetivamente la fecundidad. A mayor peso, mayor impacto, y con menos chances de embarazo aún si los dos miembros de la pareja padecen obesidad”, sintetizó el especialista.
Si bien lo que más se conoce es que en la mujer obesa está demostrada una menor fertilidad aún con ciclos ovulatorios normales, y mayor porcentaje de aborto espontáneo, en el hombre obeso, en tanto, se evidencian mayores anomalías seminales y menor tasa de fecundidad que en la población con peso normal.
“Independientemente de a qué nivel se vea la afectación, es claro que el sobrepeso y, sobre todo la obesidad, condicionan nuestras chances de descendencia”, insistió.
El factor tabaquismo
De todas las drogas peligrosas, el cigarrillo es la más socialmente aceptada. En los Estados Unidos fuma el 30% de las mujeres y el 35% de los hombres, aunque en estos años fueron muchos los esfuerzos por evitar fumar en lugares públicos, con el fin de desalentar el consumo y disminuir los fumadores pasivos.
“Al margen del conocido daño sistémico, existe una clara asociación entre el tabaquismo y la infertilidad, en forma dosis-dependiente; es decir, a mayor tabaquismo mayor impacto en fertilidad”, aseguró Beltramone, quien citó que “un metaanálisis de 1998 detectó un 60% más de infertilidad entre las parejas fumadoras”.
Además, fumar disminuye la reserva ovárica (por destrucción acelerada de óvulos) y adelanta la menopausia entre uno y dos años. Asimismo, en pacientes que son sometidas a fertilización in vitro, la chance de embarazo es un 34% más baja en las fumadoras que en el resto de las pacientes.
Por último, el tabaquismo aumenta el riesgo de aborto espontáneo en pacientes ya embarazadas. Así las cosas, como organismos complejos, estamos condicionados por nuestro entorno y por lo que consumimos. En este marco es imperativo entender esta relación a la hora de explicar situaciones particulares de infertilidad, demoras en la concepción, fallas en tratamientos, y aún pérdidas de embarazos.
“Como parte del estudio y tratamiento de la infertilidad, es primordial la detoxificación en los casos que hubiera”, recomendó el especialista, para quien una buena manera de comenzar sería en vez de decir ‘dejo de fumar cuando me embarace’, decir ‘dejo de fumar para lograr embarazo’, al igual que la adecuación del peso corporal, lo que involucra un trabajo multidisciplinario (nutricionista, psicólogos si fueran necesarios, y eventualmente cirugía bariátrica cuando esté indicada).
Etiquetas:
fertilidad,
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