10/6/15

Estudio revela que fumar aumenta el riesgo de sufrir alzheimer o demencia 10-06-15


Estudio revela que fumar aumenta el riesgo de sufrir alzheimer o demencia

Tras seguir a 21 mil personas por 23 años, científicos descubrieron que basta fumar 10 cigarrillos al día para aumentar un 37% el riesgo.

No sólo por sus pulmones o sus corazones deben preocuparse los fumadores. También debieran hacerlo por sus cerebros. Un estudio publicado en la revista especializada Archives of Internal Medicine revela que las personas que fuman en la adultez tienen hasta el doble de riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer o la demencia vascular.

Investigadores noruegos, suecos y norteamericanos estudiaron el historial médico de 21.123 personas primero entre 1978 y 1985, y luego entre 1994 y 2008. Entre los parámetros evaluados se encontraban la cantidad de cigarrillos que fumaban por día durante la primera etapa y si en el segundo período desarrollaron algún impedimento cognitivo.

De esta manera descubrieron que mientras más cigarrillos fuma una persona, más posibilidades tiene de sufrir una enfermedad neurodegenerativa en su vejez. Así, las personas que consumieron más de dos cajetillas al día aumentaron en un 114% el riesgo, aquellas que fumaron entre uno y dos paquetes tuvieron un 44% más de riesgo, y aquellas que fumaron media a una cajetilla por jornada incrementaron su riesgo en un 37%. "Sin duda, los fumadores excesivos se encuentran en mayor riesgo de demencia, incluso décadas más tarde", escriben los autores en su artículo.

Aquellos pacientes que fumaban menos de media cajetilla diaria o que habían dejado de fumar no mostraron un riesgo mayor de demencia que aquellas personas que no consumían este producto. "Este es el primer estudio que evalúa en el largo plazo el riesgo de alzheimer y demencia vascular en fumadores excesivos", destaca a La Tercera Rachel Whitmer, autora principal de la investigación.

En el caso de la demencia vascular, causada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares, los científicos plantean que el tabaquismo podría aumentar el riesgo de la misma manera que lo hace en el caso de los infartos: las toxinas presentes en el cigarrillo promueven el engrosamiento de las paredes de las arterias y la acumulación en ellas de placas de grasas. Estas condiciones aumentan el riesgo de obstrucción de las vías y la suspensión del flujo sanguíneo, lo que conduce a la ocurrencia de infartos y accidentes cerebrovasculares.

En el caso del mal de Alzheimer, la explicación es más difícil de encontrar. María Isabel Behrens, neuróloga de Clínica Alemana, explica que "la nicotina no aumentaría, sino que disminuiría el riesgo de acumular placas de beta amiloides (vinculadas al alzheimer) en las células cerebrales", aunque advierte que estos hallazgos se han realizado sólo en cultivos de laboratorio y que los resultados han sido controversiales.

En ese sentido, agrega que dado que "la coexistencia de demencia vascular y alzheimer es bien alta", el tabaco podría relacionarse con esta última enfermedad, como un promotor de infartos cerebrales.

Los autores del estudio sugieren que los componentes presentes en los cigarrillos contribuirían al estrés oxidativo y al inicio de procesos inflamatorios, variables claves para explicar el inicio de la enfermedad de Alzheimer.

Un estudio anterior publicado por la U. de Cambridge, en 2009, mostró que los fumadores pasivos también están en riesgo: quienes permanecen en ambientes altamente contaminados con humo de tabaco aumentan en un 44% la probabilidad de desarrollar algún tipo de demencia. De todas maneras, Behrens advierte que el tabaquismo es considerado un factor de riesgo para estas enfermedades, "sólo para los fumadores excesivos".
 

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